El Hatajo de Negritos y las pallitas, estos dos bailes son de Chincha una tierra de gran cultura, misterio, alegría.
La cultura afro peruana en nuestro país siempre se ha caracterizado por su viveza, alegría, ritmo y color. Y se hace notar aún más en sus danzas; es por ello que el Ministerio de Cultura reconoció los bailes “Hatajos de Negritos” y “Las Pallitas” como Patrimonio Cultural de la Nación.
O sea, que estas dos danzas son reconocidas oficialmente como herencia cultural de nuestros antepasados y que hasta hoy en día conocemos y disfrutamos. Algo que debió pasar hace mucho.
Hatajos de Negritos es una danza bailada por más de 30 niños y adultos varones que se unen en una gran coreografía donde hay mucho zapateo. Todos llevan bandas de muchos colores, una campanita en la mano y un chicotillo con cascabeles que se mueve al compás de su ritmo.
La Pallita es la versión femenina del Hatajo de Negritos. Ellas llevan vestidos claros y velos de tul, con bastones multicolores simulando que son azucenas.
Ambos bailes son de Chincha y son bailes que representan lo diversa que es nuestra cultura costeña. Así se juntan la tradición de diferentes culturas, como la española con su religiosidad, la indígena llena de música y el zapateo de la cultura africana.
Todos los años los danzantes salen el 24 y el 25 de diciembre y vuelven a salir el 6 de enero. Recorren El Carmen, para rendir homenaje a la Melchorita, una religiosa iqueña que cuidaba a los pobres y enfermos.
La costumbre de este baile ha pasado de generación en generación y no pierde su esencia. Este reconocimiento del Ministerio de Cultura nos enseña a valorar más el arte y la cultura de nuestros bailes, pero aún son muchos más los que debemos aprender a amar y a disfrutar.
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