sábado, 2 de marzo de 2013
El Cártel - Economía
Este concepto se usa en el contexto de la Economía y las finanzas públicas.
Es un acuerdo formal entre un grupo de empresas de un mismo rubro para fijar los Precios de sus productos. A veces estos acuerdos también incluyen cuotas de producción y montos de Inversión.
Aquellas empresas que violan las reglas establecidas en el acuerdo son sancionadas por las otras.
En la mayoría de los países estos acuerdos han sido declarados ilegales, debido a que elevan los precios, restringen la producción, y en general crean condiciones monopólicas en los mercados.
Forma de actuación de dos o más empresas de un sector, que se ponen de acuerdo para eliminar o restringir la Competencia entre ellas, sobre la base de fijar Precios comunes, repartirse la clientela geográficamente por mercados, vendiendo en común, etc.
Un ejemplo muy claro lo pudimos ver en nuestro país (Perú) hace un par de años aproximadamente cuando se descubrió el acuerdo entre las principales cadenas de farmacias, pero en nuestro este tipo de manejos es sancionado legalmente.
Oligopolio
El oligopolio es un mercado en el que existe un reducido número de productores o distribuidores u oferentes. El número de vendedores es tan corto que cada uno de ellos puede percibir los resultados directos e indirectos del período que fija a la cantidad de mercancía que individualmente ofrece.
Un oligopolio puede presentar en algunas ocasiones un alto grado de competitividad, sin embargo, los productores tienen incentivos para colaborar fijando los precios o repartiéndose los segmentos del mercado, lo que provoca una situación parecida a la del monopolio.
En los mercados oligopolísticos, como por ejemplo el mercado de petróleo y el de los detergentes, con frecuencia suceden largos períodos de estabilidad en los precios y los productores se limitan a competir mediante la publicidad de sus productos
Algunas de las principales situaciones que se presentan en un oligopolio son:
- La mayor parte de las ventas las realizan unas pocas empresas, cada una de las cuales es capaz de influir en el precio de mercadocon sus actividades.
- En ocasiones una empresa es líder en precios y las demás se ven obligados a seguirla.
- Las decisiones de precios pueden ser tomadas independientemente o realizando acuerdos entre las empresas.
Tipos de Oligopolio.
1- Oligopolio Diferenciado.- Aquí existen muchos productos manufacturados entre otros; por ejemplo vehículos, detergentes, discos y los servicios de las compañías aéreas.
2- Oligopolio Concentrado.- Aparece cuando existen únicamente pocos productores de una materia prima o de mercancías idénticas.
Condiciones para que exista un oligopolio
- Los competidores mantienen una estrecha comunicación, ya sea directa o indirecta.
- No se imponen restricciones a los competidores que deseen participar del segmento de mercado, solo se puede restringir indirectamente la entrada de estos nuevos competidores.
- Los competidores oligopolistas pueden llegan a acuerdos sustanciales, ya sean directos o indirectos.
- La competencia no es tan cerrada como en el mercadomonopolista.
El Monopolio
El Monopolio es el caso en el cual, para un producto, un bien o un servicio determinado, solo existe una persona o una sola empresa (monopolista) que produce este bien o servicio.
Condición de exclusividad o clara ventaja o preponderancia en el ejercicio de una función, en el control de un mercado, en el ámbito político, etc. Se debe tener en cuenta que este bien o servicio no tiene un sustituto; es decir, ningún otro por el cual se pueda reemplazar sin ningún inconveniente por lo tanto, este producto es la única alternativa que tiene el consumidor para comprar.
¿Qué sucede en este caso? Que el productor de este bien tiene una gran influencia y control sobre el precio del bien, puesto que aporta y controla la cantidad total que se ofrece en el mercado, convirtiéndose, así, en un "formador de precios", en un acaparador de un mercado específico en el cual el consumidor no puede ni debe tener ni voz ni voto.
Así, el monopolista tiene concentrada toda la fuerza de un sector determinado, de un grupo de consumidores que se ven obligados a consumir su producto sin importar cuáles son las condiciones que este imponga para comerciar con ellos y para ellos. Con lo cual los consumidores ven su poder restringido a las condiciones que establezca el monopolista.
El monopolista no tiene competencia cercana, puesto que existen barreras a la entrada de otros productores del mismo producto. Estas barreras pueden ser de distintos tipos (barreras legales, tecnológicas, o de otro tipo), y se convierten en obstáculos que los posibles nuevos productores no pueden atravesar.
Actualmente, en muchos países existen leyes antimonopolios. Los monopolios, por el gran control que tienen las empresas o las personas productoras, se pueden prestar para que éstas cometan grandes abusos en contra de los consumidores; igualmente, los monopolios traen grandes problemas para el avance tecnológico de los países, puesto que, al tener pleno control en el mercado, no tienen ningún incentivo para mejorar su forma de producción e incorporar tecnología, que es lo que se obtiene a través de la competencia. Con este tipo de leyes, los gobiernos buscan incentivar la competencia y, así, lograr que el consumidor pueda tener acceso a más y mejores productos a precios más razonables.
Este tipo de mercado es típico de servicios públicos prestados en exclusiva por el estado o una empresa pública creada ad hoc, generalmente motivado por el excesivo coste de ejecución de ciertas infraestructuras o por el carácter estratégico de la actividad.
Así, no han sido infrecuentes en la historia los casos en los que tras una revolución o victoria electoral con cambio drástico en la política económica, se haya procedido como primera medida a la nacionalización de ciertas actividades, principalmente relacionadas con la explotación de los recursos naturales del país.
En la actualidad los Monopolios se concentran mas en un producto específico, aunque hoy en día los gobiernos a nivel internacional realizan esfuerzos para desintegrarlos, los monopolios se vuelven cada vez mas fuertes y ocupan una posición mas fuerte dentro de las preferencias de los consumidores al ser la única opción mediante la cual se puede satisfacer una necesidad específica.
El Monopolio Puro
Definición
Se define el monopolio como un solo vendedor, oferente o productor de un bien o servicio determinado, para el cual no es posible encontrar un bien sustituto inmediato.
Igualmente, se puede considerar a un Monopolio como la forma de organización el mercado en la cual existe una sola empresa que vende o comercializa una mercancía que a su vez ocupa un mercado previamente segmentado, y cuya demanda no puede ser satisfecha, sino solo por el mismo producto en sí.
Por lo tanto la empresa monopolista es la industria en sí y el resultado de esto es vender mayor cantidad de mercancía, tal vez teniendo que rebajar el precio.
Condiciones del Mercado Monopolio Puro
Para que un mercado esté contemplado como un Monopolio Puro, debe cumplir o presentar una serie de características específicas, las cuales pueden ser:
- No existen productos sustitutos, (el consumidor se ve obligado a consumir lo que produce el monopolista); el producto del Monopolio es totalmente diferente a los que existen el mercado (si es que existen).
- La empresa puede modificar la cantidad de productos que ofrece con la finalidad de tener cierto control sobre el precio (normalmente disminuye su producción para aumentar sus ganancias con precios mayores).
- Desde luego, no hay competencia porque el productor monopolista controla todo el mercado.
- Algunos ejemplos de Monopolio son : servicios públicos, productos de empresas paraestatales, productos comercializados con patente.
Así, al cumplir estas condiciones, podemos decir que estamos ante Monopolios puros, y que un segmento de mercado específico está sometidos a las fuerzas que controlan la comercialización y producción de sus bienes y servicios específicos.
Equilibrio del Mercado Monopolio Puro
La producción de equilibrio a corto plazo del monopolista es aquella en la cual o se la ganancia total, o se minimizan las pérdidas totales. Un monopolista cuenta a su favor con que ocupa todo el segmento de mercado específico al que se dedica, sin embargo, su preocupación se centra principalmente en como aprovechar lo mas que se pueda esa ventaja competitiva, como la habrá de explotar correctamente y como hará maximizar sus ventas hasta el punto en el que el mercado le exija a sí mismo parar.
Un monopolista continuará operando solo si puede obtener una ganancia (o al menos al punto de equilibrio) al alcanzar el mejor nivel de producción con la escala de planta más apropiada. De lo contrario, el segmento, al igual que los consumidores y la comercialización del producto dejará de ser atractiva, o en todo caso disuadirá al productor a entrar en ese segmento específico, por lo que será necesario buscar un nuevo negocio, o bien, un nuevo enfoque que le permita maximizar utilidades de nuevo.
Es así como todos los monopolistas se enfrentan a la misma disyuntiva, en la cual, o no se saben aprovechar a la perfección las ventajas que tiene el acaparar por completo un mercado específico sin excepción, o se satura el mercado de tal manera que el consumidor simplemente ya no desea consumir mas del bien específico, la demanda ha caído considerablemente y el negocio va a la baja total.
Regulación del Mercado Monopolio Puro
Tal vez la única autoridad a la que obedece el Monopolio es al gobierno que vigila el funcionamiento del mercado y el comercio, es así como el gobierno, a través de"candados", instituciones, multas y otros métodos pretende limitar la participación de un solo productor en un mercado específico, para así evitar el surgimiento de los monopolios, y la posterior ocupación total del segmento de mercado al que se dirijan.
Podemos tomar como ejemplo el que el gobierno establezca un impuesto de cuantía fija, (derechos por licencias, impuesto sobre las ganancias, etc.), mediante el cual, el gobierno puede reducir o incluso eliminar la ganancia monopolista sin afectar ninguno de los factores económicos que intervienen en el proceso económico, como pueden ser precio de la mercancía, distribución o producción, de esta forma, deja intacto el comercio de ese producto, pero eso no le impide limitar la participación del monopolista en el mercado específico, ya que ahora se ve obligado a enfrentar igualmente el impuesto que el gobierno le ha impuesto.
El gobierno también puede reducir la ganancia del monopolista si establece un impuesto por unidad, sin embargo, el productor monopolista estará en posibilidad de desplazar parte de la carga del impuesto unitario a los consumidores finales del producto a comercializar, mediante un aumento gradual del precio, lo que origina un precio mas alto, una producción menor y la contracción de la curva de la oferta, lo que le podría provocar una no preferencia por parte de los consumidores finales.
Sistemas Económicos
Un sistema económico es la estructura de producción, de asignación de recursos económicos, distribución de productos y consumo de bienes y servicios en una economía. Es un conjunto deinstituciones y relaciones sociales. Por otra parte, es el conjunto de principios por los cuales se abordan los problemas económicos, tales como la escasez mediante la asignación de recursos productos limitados.1 k
La idea de un sistema económico lleva consigo la connotación articulada de partes (principios, reglas, procedimientos, instituciones) armonizadas funcionalmente para la consecución de fines colectivos determinados. Durante esa articulación de partes, cada sociedad trata de resolver el problema fundamental económico que es la satisfacción de las necesidades básicas.
nos puede servir para administrar bien el dinero saber como administrarlo.
CAPITALISMO MODERNO
Dos acontecimientos propiciaron la aparición del capitalismo moderno; los dos se produjeron durante la segunda mitad del siglo XVIII. El primero fue la aparición en Francia de los fisiócratas desde mediados de este siglo; el segundo fue la publicación de las ideas de Adam Smith sobre la teoría y práctica del mercantilismo.
Los fisiócratas El término fisiocracia se aplica a una escuela de pensamiento económico que sugería que en economía existía un orden natural que no requiere la intervención del Estado para mejorar las condiciones de vida de las personas. La figura más destacada de la fisiocracia fue el economista francés François Quesnay, que definió los principios básicos de esta escuela de pensamiento en Tableau économique (Cuadro económico, 1758), un diagrama en el que explicaba los flujos de dinero y de bienes que constituyen el núcleo básico de una economía. Simplificando, los fisiócratas pensaban que estos flujos eran circulares y se retroalimentaban. Sin embargo la idea más importante de los fisiócratas era su división de la sociedad en tres clases: una clase productiva formada por los agricultores, los pescadores y los mineros, que constituían el 50% de la población; la clase propietaria, o clase estéril, formada por los terratenientes, que representaban la cuarta parte, y los artesanos, que constituían el resto.
La importancia del Tableau de Quesnay radicaba en su idea de que sólo la clase agrícola era capaz de producir un excedente económico, o producto neto. El Estado podía utilizar este excedente para aumentar el flujo de bienes y de dinero o podía cobrar impuestos para financiar sus gastos. El resto de las actividades, como las manufacturas, eran consideradas estériles porque no creaban riqueza sino que sólo transformaban los productos de la clase productiva. (El confucianismo ortodoxo chino tenía principios parecidos a estas ideas). Este principio fisiocrático era contrario a las ideas mercantilistas. Si la industria no crea riqueza, es inútil que el Estado intente aumentar la riqueza de la sociedad dirigiendo y regulando la actividad económica.
Las ideas de Adam Smith no sólo fueron un tratado sistemático de economía; fueron un ataque frontal a la doctrina mercantilista. Al igual que los fisiócratas, Smith intentaba demostrar la existencia de un orden económico natural, que funcionaría con más eficacia cuanto menos interviniese el Estado. Sin embargo, a diferencia de aquéllos, Smith no pensaba que la industria no fuera productiva, o que el sector agrícola era el único capaz de crear un excedente económico; por el contrario, consideraba que la división del trabajo y la ampliación de los mercados abrían posibilidades ilimitadas para que la sociedad aumentara su riqueza y su bienestar mediante la producción especializada y el comercio entre las naciones.
Así pues, tanto los fisiócratas como Smith ayudaron a extender las ideas de que los poderes económicos de los Estados debían ser reducidos y de que existía un orden natural aplicable a la economía. Sin embargo fue Smith más que los fisiócratas, quien abrió el camino de la industrialización y de la aparición del capitalismo moderno en el siglo XIX.
Las ideas de Smith y de los fisiócratas crearon la base ideológica e intelectual que favoreció el inicio de la Revolución industrial, término que sintetiza las transformaciones económicas y sociales que se produjeron durante el siglo XIX. Se considera que el origen de estos cambios se produjo a finales del siglo XVIII en Gran Bretaña.
La característica fundamental del proceso de industrialización fue la introducción de la mecánica y de las máquinas de vapor para reemplazar la tracción animal y humana en la producción de bienes y servicios; esta mecanización del proceso productivo supuso una serie de cambios fundamentales: el proceso de producción se fue especializando y concentrando en grandes centros denominados fábricas; los artesanos y las pequeñas tiendas del siglo XVIII no desaparecieron pero fueron relegados como actividades marginales; surgió una nueva clase trabajadora que no era propietaria de los medios de producción por lo que ofrecían trabajo a cambio de un salario monetario; la aplicación de máquinas de vapor al proceso productivo provocó un espectacular aumento de la producción con menos costes. La consecuencia última fue el aumento del nivel de vida en todos los países en los que se produjo este proceso a lo largo del siglo XIX.
El desarrollo del capitalismo industrial tuvo importantes costes sociales. Al principio, la industrialización se caracterizó por las inhumanas condiciones de trabajo de la clase trabajadora. La explotación infantil, las jornadas laborales de 16 y 18 horas, y la insalubridad y peligrosidad de las fábricas eran circunstancias comunes. Estas condiciones llevaron a que surgieran numerosos críticos del sistema que defendían distintos sistemas de propiedad comunitaria o socializado; son los llamados socialistas utópicos. Sin embargo, el primero en desarrollar una teoría coherente fue Karl Marx, que pasó la mayor parte de su vida en Inglaterra, país precursor del proceso de industrialización, y autor de Das Kapital (El capital, 3 volúmenes, 1867-1894). La obra de Marx, base intelectual de los sistemas comunistas que predominaron en la antigua Unión Soviética, atacaba el principio fundamental del capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción. Marx pensaba que la tierra y el capital debían pertenecer a la comunidad y que los productos del sistema debían distribuirse en función de las distintas necesidades.
COMUNISMO
Comunismo, ideología política cuya principal aspiración es la consecución de una sociedad en la que los principales recursos y medios de producción pertenezcan a la comunidad y no a los individuos. En teoría, estas sociedades permiten el reparto equitativo de todo el trabajo en función de la habilidad, y de todos los beneficios en función de las necesidades. Algunos de los conceptos de la sociedad comunista suponen que, en último término, no se necesita que haya un gobierno coercitivo y, por lo tanto, la sociedad comunista no tendría por qué tener legisladores. Sin embargo, hasta alcanzar este último estadio, el comunismo debe luchar, por medio de la revolución, para lograr la abolición de la propiedad privada; la responsabilidad de satisfacer las necesidades públicas recae, pues, en el Estado.
El concepto comunista de la sociedad ideal tiene lejanos antecedentes, incluyendo La República de Platón y las primeras comunidades cristianas. La idea de una sociedad comunista surgió, a principios del siglo XIX, como respuesta al nacimiento y desarrollo del capitalismo moderno. En aquel entonces, el comunismo fue la base de una serie de afirmaciones utópicas; sin embargo, casi todos estos primeros experimentos comunistas fracasaron; realizados a pequeña escala, implicaban la cooperación voluntaria y todos los miembros de las comunidades creadas participaban en el proceso de gobierno.
Posteriormente, el término 'comunismo' pasó a describir al socialismo científico, la filosofía establecida por Karl Marx y Friedrich Engels a partir de su Manifiesto Comunista. Desde 1917, el término se aplicó a aquellos que consideraban que la Revolución Rusa era el modelo político ideal, refundido el tradicional marxismo ortodoxo con el leninismo, creador de una verdadera praxis revolucionaria. Desde el inicio de aquélla, el centro de gravedad del comunismo mundial se trasladó fuera de la Europa central y occidental; desde finales de la década de 1940 hasta la de 1980, los movimientos comunistas han estado frecuentemente vinculados con los intentos de los países del Tercer Mundo de obtener su independencia nacional y otros cambios sociales, en el ámbito del proceso descolonizador.
LA URSS Y EL COMUNISMO MUNDIAL
La relación entre el primer Estado comunista y el resto del mundo fue, lógicamente, problemática. Para Occidente, un gobierno comunista siempre constituiría una amenaza y desde su implantación, se intentó destruirlo por la fuerza; estos intentos no hicieron más que reforzar los esfuerzos del gobierno comunista por salvaguardar su integridad extendiendo la revolución al resto del mundo. A pesar de su posición aislada y amenazada, el régimen comunista también necesitaba establecer relaciones comerciales y alianzas con otros países.
Entre 1945 y 1975 el número de países comunistas aumentó espectacularmente, en parte porque los países vencedores de la II Guerra Mundial se repartieron el mundo y, en parte, porque los movimientos revolucionarios comunistas fueron ganando fuerza en muchos países del Tercer Mundo.
Los rápidos cambios políticos ocurridos en Europa del Este, la URSS y otros lugares del mundo entre 1989 y 1991 redujeron de forma dramática el número de regímenes comunistas existentes. Los gobiernos comunistas que aún perduran siguen leales a las doctrinas de Marx y Lenin, pero difieren no sólo en tamaño y desarrollo industrial, sino también en la interpretación de sus principios, objetivos y forma de gobierno. El comunismo mundial también abarca numerosos movimientos que luchan por el poder y son todavía más heterogéneos que los regímenes comunistas existentes.
ECONOMÍA NEOCLÁSICA
Los años transcurridos entre la publicación de los Principios de Economía (1890) de Marshall y el crac de 1929, pueden considerarse como años de reconciliación, consolidación y refinamiento de la ciencia económica. Las tres escuelas nacionales de pensamiento económico fueron acercándose poco a poco hasta crear una única corriente principal de pensamiento. La teoría de la utilidad se redujo a un sistema axiomático que podía aplicarse al análisis del comportamiento del consumidor para estudiar las diversas situaciones, en función de, por ejemplo, los cambios en los ingresos o en los precios. El concepto de marginalidad aplicado al consumo permitió crear el concepto de productividad marginal al hablar de la producción, y con esta nueva idea apareció una nueva teoría de la distribución en la que los salarios, los beneficios, los intereses y las rentas dependían de la productividad marginal de cada factor de producción. El concepto de Marshall (economías y deseconomías a escala externa) fue desarrollado por uno de sus discípulos más destacados, Alfred Pigou, para distinguir entre costes privados y costes sociales, lo que sentó las bases para la formulación de la teoría del bienestar: una nueva rama dentro de la economía. De forma paralela el economista sueco Knut Wicksell y el estadounidense Irving Fisher, iban desarrollando una teoría monetaria, que explicaba cómo se determinaba el nivel general de precios, diferenciándolo de la fijación individual de cada precio.
Durante la década de 1930 la creciente armonía y unidad de la economía se rompió, primero debido a la publicación simultánea de la obra de Edward Chamberlin, Teoría de la competencia monopolística y de la de Joan Robinson, Economía de la competencia imperfecta en 1933 y segundo, por la aparición, en 1936 de la Teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero de John Maynard Keynes.
LIBERALISMO
Liberalismo, doctrinario económico, político y hasta filosófico que aboga como premisa principal por el desarrollo de la libertad personal individual y, a partir de ésta, por el progreso de la sociedad. Hoy en día se considera que el objetivo político del neoliberalismo es la democracia, pero en el pasado muchos liberales consideraban este sistema de gobierno como algo poco saludable por alentar la participación de las masas en la vida política. A pesar de ello, el liberalismo acabó por confundirse con los movimientos que pretendían transformar el orden social existente mediante la profundización de la democracia. Debe distinguirse pues entre el liberalismo que propugna el cambio social de forma gradual y flexible, y el radicalismo, que considera el cambio social como algo fundamental que debe realizarse a través de distintos principios de autoridad.
EL LIBERALISMO EN TRANSICIÓN
A mediados del siglo XIX, el desarrollo del constitucionalismo, la extensión del sufragio, la tolerancia frente a actitudes políticas diferentes, la disminución de la arbitrariedad gubernativa y las políticas tendentes a promover la felicidad hicieron que el pensamiento liberal ganara poderosos defensores en todo el mundo. A pesar de su tendencia crítica hacia Estados Unidos, para muchos viajeros europeos era un modelo de liberalismo por el respeto a la pluralidad cultural, su énfasis en la igualdad de todos los ciudadanos y por su amplio sentido del sufragio. A pesar de todo, en ese momento el liberalismo llegó a una crisis respecto a la democracia y al desarrollo económico. Esta crisis sería importante para su posterior desarrollo. Por un lado, algunos demócratas como el escritor y filósofo francés Jean-Jacques Rousseau no eran liberales. Rousseau se oponía a la red de grupos privados voluntaristas que muchos liberales consideraban esenciales para el movimiento. Por otro lado, la mayor parte de los primeros liberales no eran demócratas. Ni Locke ni Voltaire creyeron en el sufragio universal y la mayor parte de los liberales del siglo XIX temían la participación de las masas en la política pues opinaban que las llamadas clases más desfavorecidas no estaban interesadas en los valores fundamentales del liberalismo, es decir que eran indiferentes a la libertad y hostiles a la expresión del pluralismo social. Muchos liberales se ocuparon de preservar los valores individuales que se identificaban con una ordenación política y social aristocrática. Su lugar como críticos de la sociedad y como reformadores pronto sería retomada por grupos más radicales como los socialistas.
El socialismo adoptó numerosas formas en sus comienzos. Tras la muerte de Marx en 1883 muchos socialistas disentían sobre el modo de alcanzar la utopía. Karl Kautsky (izquierda), Rosa Luxemburg (centro) y Eduard Bernstein (derecha), mantuvieron ideas diferentes respecto a la implantación del socialismo. Rosa Luxemburg viajó a Varsovia (entonces bajo control ruso) para participar en la Revolución Rusa de 1905. Bernstein creía que el comunismo podría evolucionar sin necesidad de una revolución. Kautsky, aunque partidario en un principio de métodos revolucionarios, adoptó criterios más liberales en su intento de mantener la pureza del marxismo.
MARGINALISMO
Marginalismo, escuela y teoría económica que propugna el análisis, comprensión y explicación de los fenómenos microeconómicos por medio de la utilización de funciones matemáticas, representadas en ejes de coordenadas y que han de servir para cuantificar determinadas variables. Especialmente el valor, que se considera determinado por factores subjetivos, debido a la propia subjetividad del consumidor, y cuya satisfacción se va reduciendo de forma progresiva en virtud de la ley de la utilidad marginal decreciente.
El marginalismo nació en el siglo XIX en torno a la llamada Escuela de Lausana. Fue en la universidad de esta ciudad Suiza donde las clases de economía política del economista francés Léon Walras y de su sucesor, el sociólogo y economista italiano Vilfredo Pareto, mostraron la presunta insuficiencia explicativa de las doctrinas liberales clásicas. En este sentido resultó decisiva la obra de Walras Elementos de economía política pura (1874), donde criticó de forma abierta la teoría del valor trabajo de David Ricardo y los postulados de Adam Smith. Profundamente influido por el matemático francés Antoine Cournot, Walras introdujo de forma sistemática el cálculo matemático en la ciencia económica. A semejantes conclusiones, y de forma paralela, llegó otro grupo de economistas (que pasaron a ser conocidos como Escuela de Viena y cuyo máximo representante era Carl Menger), así como el economista británico William Stanley Jevons. El marginalismo tuvo una influencia determinante en la escuela neoclásica, fundada por Alfred Marshall, el cual sistematizó las teorías económicas clásicas incluyendo en ellas el nuevo principio de la utilidad marginal y sugirió la necesidad de adecuar las doctrinas clásicas a los acontecimientos contemporáneos mediante el uso de nuevos tipos de variables. El introductor de los métodos marginalistas en España fue José Castañeda Chornet, con su obra Lecciones de teoría económica (1967) y la utilización de la econometría como método de análisis.
MARXISMO
Marxismo, doctrina y teoría social, económica y política basada en la obra de Karl Marx y sus seguidores, indisolublemente unida a dos ideologías y movimientos políticos: el socialismo y el comunismo.
La obra de Marx puede dividirse entre sus primeros escritos filosóficos (Manuscritos filosóficos y económicos, 1844; La ideología alemana, 1845-1846), sus panfletos (Manifiesto Comunista, 1848), sus análisis de acontecimientos contemporáneos (El 18 brumario de Luis Bonaparte, 1852; La guerra civil en Francia, 1871) y los escritos fundamentales de su madurez (Contribución a la crítica de la economía política, 1859; y, sobre todo, El capital, vol. 1, 1867; vols. 2 y 3, publicados póstumamente). Las ramificaciones de la doctrina marxista podemos encontrarlas en ámbitos filosóficos, económicos, históricos, políticos y de la mayoría de las ciencias sociales. Ningún otro teórico ha sido tan estudiado y tan discutido durante el siglo XX como Karl Marx. La razón de este interés está lejos de ser exclusivamente académica. Ningún otro pensador moderno ha tenido tanta influencia sobre los movimientos políticos y sociales.
Marx pretendía desvelar las leyes inherentes al desarrollo del capitalismo. Creía que cada época histórica se caracterizaba por un modo de producción específico que se correspondía con el sistema de poder establecido y, por lo tanto, con una clase dirigente en perpetuo conflicto con una clase oprimida. Así, la sociedad medieval estuvo caracterizada por el modo de producción feudal, en el que la clase poseedora de la tierra obtenía una plusvalía del campesinado que trabajaba aquélla. Las sucesivas transiciones del sistema de esclavitud al feudalismo, y del feudalismo al capitalismo, se produjeron cuando las fuerzas productivas (es decir, los grupos relacionados con el trabajo y los medios de producción como las máquinas) no podían seguir desarrollándose con las relaciones de producción existentes entre las distintas clases sociales.
Así, la crisis que afectó al feudalismo cuando el capitalismo necesitaba una creciente clase trabajadora conllevó la eliminación de las bases legales e ideológicas tradicionales que ataban a los siervos a la tierra.
La relación fundamental del capitalismo, basada en salarios, parte de un contrato entre partes jurídicamente iguales. Los propietarios del capital (capitalistas) pagan a los trabajadores (el proletariado, poseedor únicamente de su fuerza de trabajo) salarios a cambio de un número de horas de trabajo acordado. Esta relación disfraza una desigualdad real: los capitalistas se benefician de parte de lo producido por los trabajadores y no remunerado en sus salarios. Esta plusvalía generada en favor de la clase capitalista proporciona a los propietarios del capital una gran riqueza y el control sobre el desarrollo económico de la sociedad. De esta manera se están apropiando no solamente de la riqueza, sino también del poder. La compleja superestructura política, el conjunto de leyes e ideologías, regula y refuerza este tipo de relaciones sociales. En efecto, al poseer la plusvalía, los capitalistas pueden acumular riqueza y poder, determinando la dirección que seguirá la sociedad.
Los bienes producidos mediante el sistema capitalista deben tener valor de uso, ya que, de no tenerlo, no se podrían encontrar compradores; pero, para el capitalista, tienen que tener valor de cambio: no se producen para el consumo del propio capitalista, sino para que éste pueda intercambiarlos por dinero. Así, la producción capitalista es esencialmente una producción dirigida al intercambio y no a la satisfacción de necesidades. La competencia hace que las empresas capitalistas ineficaces vayan a la quiebra, y se tienda a la concentración de empresas y la creación de monopolios, al tiempo que los mercados no dejan de crecer, pues las técnicas productivas y las medios de intercambio están continuamente cambiando y mejorando.
Las crisis son un fenómeno inherente al capitalismo. Los capitalistas intentan aumentar la intensidad de la jornada laboral y, en consecuencia, la productividad del trabajo. Por su parte, los trabajadores, si están organizados, resistirán. Los capitalistas intentarán ampliar los mercados, pero al mismo tiempo pagarán a sus trabajadores el mínimo posible. Si lo consiguen, tanto el consumo como la demanda de los trabajadores disminuirán, los mercados se reducirán y el capitalismo entrará en crisis.
MERCANTILISMO
Mercantilismo, doctrina de pensamiento económico que prevaleció en Europa durante los siglos XVI, XVII y XVIII y que promulgaba que el Estado debe ejercer un férreo control sobre la industria y el comercio para aumentar el poder de la nación al lograr que las exportaciones superen en valor a las importaciones. El mercantilismo no era en realidad una doctrina formal y consistente, sino un conjunto de firmes creencias, entre las que cabe destacar la idea de que era preferible exportar a terceros que importar bienes o comerciar dentro del propio país; la convicción de que la riqueza de una nación depende sobre todo de la acumulación de oro y plata; y el supuesto de que la intervención pública de la economía es justificada si está dirigida a lograr los objetivos anteriores.
Los planteamientos mercantilistas sobre política económica se fueron desarrollando con la aparición de las modernas naciones Estado; se había intentado suprimir las barreras internas al comercio establecidas en la edad media, que permitían cobrar tributo a los bienes con la imposición de aranceles o tarifas en cada ciudad o cada río que atravesaban. Se fomentó el crecimiento de las industrias porque permitían a los gobiernos obtener ingresos mediante el cobro de impuestos que a su vez les permitían costear los gastos militares. Así mismo la explotación de las colonias era un método considerado legítimo para obtener metales preciosos y materias primas para sus industrias.
El mercantilismo tuvo gran éxito al estimular el crecimiento de la industria, pero también provocó fuertes reacciones en contra de sus postulados. La utilización de las colonias como proveedoras de recursos y su exclusión de los circuitos comerciales dieron lugar, entre otras razones, a acontecimientos como la guerra de la Independencia estadounidense, porque los colonos pretendían obtener con libertad su propio bienestar económico. Al mismo tiempo, las industrias europeas que se habían desarrollado con el sistema mercantilista crecieron lo suficiente como para poder funcionar sin la protección del Estado. Poco a poco se fue desarrollando la doctrina del librecambio.
Los economistas afirmaban que la reglamentación gubernamental sólo se podía justificar si estaba encaminada a asegurar el libre mercado, ya que la riqueza nacional era la suma de todas las riquezas individuales y el bienestar de todos se podía alcanzar con más facilidad si los individuos podían buscar su propio beneficio sin limitaciones. Este nuevo planteamiento se reflejaba sobre todo en el libro La riqueza de las naciones (1776) del economista escocés Adam Smith.
El sistema de librecambio, que prevaleció durante todo el siglo XIX, empezó a perder fuerza a principios del siglo XX, al replantearse los elementos filosóficos del mercantilismo que originaron el neomercantilismo. Se volvieron a imponer fuertes aranceles a la importación, por razones políticas y estratégicas y se fomentó la autarquía económica como sistema contrapuesto a la interdependencia comercial de los países. Esta tendencia volvió a cambiar de signo más tarde, pero fue asociada con el nacionalismo y la competencia estratégica que provocaron entre otras causas la I Guerra Mundial, demostrando de esta forma que el mercantilismo tenía una fuerte base política. Explicación Completa
Formas de Organización Empresarial
Es un grupo de personas que trabajan en forma coordinada y concertada para alcanzar sus metas. Con la organización se debe lograr un uso más efectivo de los factores de la producción, que lo que se alcanza a nivel individual. Es una suma de esfuerzos y trabajo en equipo que permite alcanzar el desarrollo más fácilmente.
Principios de la organización empresarial
- Capitalización.- La empresa debe ser capaz de generar utilidades para poder capitalizarse
en su propio beneficio. - Rentabilidad.- Las utilidades logradas deben ser comparables o superiores a la del resto de
las actividades de la economía en su conjunto. - Competitividad.- La empresa debe competir con otras que producen bienes similares.
- Autogestión.- Capacidad de la empresa de valerse de sus propios recursos para sostenerse en el mercado.
Formas de organización empresarial
Una empresa puede asumir una de tres formas de organización. En algunos casos, los procedimientos contables dependen de la forma que asuma. El estudiante debe entender las diferencias entre estas tres formas: negocio de propietario único, sociedad de diversos tipos y sociedad anónima (Compañía).
NEGOCIO DE ORGANIZACIONES EMPRESARIALES:
Este tipo de empresa tiene un solo propietario, que generalmente es también su administrador. Suponga que el despacho de abogados de Harold Nix se inició como negocio de propietario único. Este tipo de organización es habitual en pequeños establecimientos detallistas o empresas de profesionales, como médicos, abogados y contadores. Desde el punto de vista contable, cada negocio de propietario único se distingue de su dueño: los registros contables del negocio no incluyen los registros financieros del propietario.
SOCIEDADES DE DIVERSOS TIPOS:
Una sociedad es la unión de dos o más individuos como copropietarios. Cada uno de ellos es socio. Un despacho de abogados podría convertirse en una sociedad si su dueño permitiera el ingreso de un socio. Muchos establecimientos detallistas y algunas organizaciones profesionales de abogados, médicos y contadores son sociedades. Aunque en muchos casos son pequeñas o medianas, en otros son gigantescas, con más de 2,000 socios. En contabilidad, se trata de una sociedad como una organización separada y distinta de los asuntos personales de cada socio.
SOCIEDADES ANÓNIMAS (COMPAÑÍAS) :
Una sociedad anónima es una empresa cuyos propietarios son los accionistas, es decir, las personas que poseen acciones de la organización. Una empresa se convierte en compañía cuando se aprueban sus escrituras constitutivas. Se trata de una entidad legal, una “persona moral” que maneja sus negocios en su propia representación. Al igual que los negocios de propietario único y sociedades de diversos tipos, las sociedades anónimas son organizaciones con existencia separada respecto de sus propietarios.
Las sociedades anónimas difieren significativamente de los negocios de propietario único y de las sociedades en un aspecto muy importante. Si estos últimos dos tipos de organización no pagan sus deudas, los acreedores pueden apropiarse de los activos personales de los propietarios (efectivo y otras pertenencias) para el cumplimiento de las obligaciones de la empresa. Sin embargo, cuando una sociedad anónima se declara en bancarrota, los acreedores no pueden tomar los activos personales de los accionistas. Esta responsabilidad personal limitada de los accionistas, respecto de las deudas de las sociedades anónimas, explica por qué estas últimas son la forma dominante de organización empresarial: las personas pueden invertir en ellas con riesgo personal limitado.
Otro factor importante en el crecimiento de las sociedades anónimas es la división de la propiedad en acciones. Por ejemplo, unos 3,500,000,000 de acciones de “The Coca-Cola COmpany están en manos de numerosos accionistas. Un inversionista sin relaciones personales con la compañía o con otros accionistas puede volverse copropietario mediante la compra de 30, 100, 5,000 o cualquier número de acciones.
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